El gobernador Santiago Vidaurri y la rebelión campesina en la Laguna
Resumen
En 1833, una epidemia de cólera morbus mató a quince por ciento de la población de la jurisdicción de Parras. De un total de veinticinco mil habitantes, murieron más de tres mil en el verano de ese año. Sin embargo, según el censo de Coahuila y Texas de 1834, en tan sólo un año la población se recuperó veinte por ciento. La única explicación es una migración interna desde los reales mineros ubicados al norte de Zacatecas, en los límites con Coahuila, donde se encontraron vetas de plata. Esta migración continuó, porque de las haciendas ganaderas virreinales, a partir de la década de 1830, surgió la hacienda algodonera, que demandó mano de obra constante. Con el tiempo, estos campesinos crearon asentamientos o ranchos en la periferia de las haciendas. Este artículo intenta explicar cómo un conflicto local: la rebelión campesina de 1863 en La Laguna, tuvo implicaciones políticas de mayor alcance, al convertirse en el inicio del fin del liderazgo de Santiago Vidaurri en el noreste, y al mismo tiempo, cómo la creación de nuevos municipios consolidó la hacienda algodonera en La Laguna, iniciada tres décadas antes por Juan N. Flores, Juan Ignacio Jiménez y Leonardo Zuloaga.